La siguiente es una traducción del texto original en inglés de Hilary Barrett (quien no habla español) realizada por Verónica Lassa como aporte al Yijing en su viaje por los siglos.
Si hay comentarios u observaciones que puedan mejorar las versiones en español, contactar a Verónica a través de https://urdirlatrama.blogspot.com.ar/p/i-ching.html para que se tome debida nota.
¡Muchas gracias!
Es muy fácil pasar por este hexagrama como si solo se tratara del aspecto exterior de las cosas. Se lo ha traducido, por lo general, como ‘La Gracia’ o ‘El Adorno’. Como algo agradable que decora la verdadera cuestión, como algo superficial y superfluo. Wilhelm breva en esta mirada cuando dice:
“La Gracia aporta el éxito. Mas no constituye lo esencial, el fundamento, sino tan solo la ornamentación. Por eso solo se la debe aplicar con moderación y en pequeña medida”.
A veces puede ser que el hexagrama 22 hable de algo que sucede en la superficie, y a veces, claro que puede requerir demasiada energía. Pero, en ese caso, es más probable que recibas el Hexagrama 23 como advertencia, para que dejes de intentar sostener una cáscara vacía. Cuanto te sale el hexagrama 22 para que pongas tu esmero, entonces, es que la imagen y la apariencia son importantes.
El nombre del hexagrama significa ‘ornamento’ y también ‘brillantez’. El antiguo ideagrama chino, nos cuenta LiSe, consiste en una planta en flor, que de hecho es un ejemplo perfecto de un ser viviente cuya naturaleza o función y su apariencia externa no se pueden tomar por separado. (¿Cuál parte de una flor silvestre es ‘solo adorno’?) Esto habría de estar por lo menos claro para los antiguos chinos que sabían que la apariencia de una planta es reflejo de sus cualidades energéticas y curativas.
De modo que me gusta más llamar a este hexagrama La Belleza o Embellecer. Es el par del Hexagrama 21, Morder Atravesando, que habla de hincar los dientes en algún asunto, asimilarlo y digerirlo, y luego extraer su esencia. Se lo describe como ‘unir’, porque los dientes atraviesan los obstáculos y vuelven a juntarse, las personas atraviesan lo que obstruye y se unen con la verdad, y los unos con los otros.
La secuencia del hexagrama 22 dice lo siguiente:
‘Las cosas no pueden reunirse sin más y desconsideradamente, por eso sigue luego el signo de embellecer”.
Es un poco raro, porque casi siempre la secuencia explica cómo es que un hexagrama necesita del anterior. Sin embargo, aquí nos dice que el proceso de Morder Atravesando necesita cuidado y atención para que la cosa se complete con belleza.
Esto se comprende mejor con un ejemplo, como en la historia de cortejos y matrimonios de las que hablan las líneas. El pretendiente embellece sus pies, usa óleos para el cabello, conduce un carruaje de riendas relucientes y caballos hermosos para reunirse con su prometida, le ofrece regalos de seda. Nada de esto es simplemente ornamental, es performativo. Es la ceremonia del matrimonio la que hace, en realidad, que las personas estén casadas.
(Recuerdo que me parecía superfluo, antes de mi boda, todo esto. Yo ya sabía a quién amaba y me había comprometido con él, así que ¿qué más hacía falta? Pero luego me asombró tan gratamente la alegría que me dió casarme, y las ganas que tenía de que todo el mundo —en el colectivo y en las calles— notara el anillo en mi dedo…).
A veces, es la expresión de eso ‘esencial’ lo que hace que la cosa de vuelva real. El hexagrama 22 es una invitación a pensar sobre el tipo de realidad que creamos con las apariencias. Podría estar hablando de la imagen personal, del marketing, de la comunicación en general. (Por ejemplo, cuando recién empezaba a leer el oráculo para otros solía preguntar a Yi —al finalizar una lectura— cómo podía mejorarla antes de enviarla. Más de una vez me respondió con el hexagrama 22, es decir, que expresara lo que estaba en la esencia para que las personas pudieran identificarse. El mero hecho de haber mordido atravesando y logrado comprender no terminaba de completar la cosa).
El oráculo dice:
‘La Belleza
Crea el éxito.
Pequeño provecho en tener una dirección’.
La Belleza funciona mejor, trae lo provechoso, si tiene una dirección. El joven se transforma en pretendiente para ella y para la boda de ambos; los maestros, lo son para sus alumnos; el actor, para su público. Esto puede ser una cuestión de imagen personal en el sentido de ser algo para alguien. Incluso los objetos —como la planta del nombre del hexagrama— puede hacer evolucionar una forma de belleza capaz de expresar eso para lo que ha sido creada.
Entonces, ¿por qué el provecho es pequeño? En parte, porque este semblante que nos ponemos (‘Soy consultora de Yi’, ‘soy plomero’, ‘soy madre’ o lo que fuere) solo existe para crear la relación, y no es provechoso en sí mismo. Y además —y no menos importante— es que cuando elegimos ‘una dirección’ para explorar con la imagen y la belleza siempre va a ser solo una parte del todo. Ninguna dirección que escojamos podrá ser provechosa en todos los sentidos.
Cuando uno se ’embellece’ en este sentido, está ensayando solo una de las tantas expresiones posibles de su propia esencia. El camino natural de esa esencia es florecer: conectarse con otros, encontrar una dirección para crecer. Hace falta algo de la exploración y del juego, pienso que puede ser un provecho pequeño en esta dirección, pero en otra dirección, el sabor sería completamente distinto.
Quizá los trigramas que lo componen nos muestran cómo funciona: Hay fuego debajo de la montaña. China es un lugar de volcanes. Las montañas son emblemas de solidez y permanencia, hasta que caes en la cuenta de que el fuego en su interior las renueva y les da forma todo el tiempo. (Es preciso Despojar la superficie, por eso sigue el hexagrama 23, cuando esa luz vivificante del interior se apaga).
‘Debajo de la montaña está el fuego.
La Belleza.
El junzi ilumina los asuntos corrientes, pero no interrumpe los litigios’.
El fuego ilumina la belleza de la montaña; la belleza consiste en dar luz a la forma. En el caso del junzi, esto se transforma en la luz de la consciencia que le permite percibir la naturaleza y la belleza intrínsecas en todas las maneras que hay de gobernar y de juzgar. Tiene el punto de vista interno —las cosas fueron adoptando sus formas con el tiempo y al volverse conscientes se fueron convirtiendo en preceptos—. Pero, lo que no tiene, es la mirada de afuera para evaluar los resultados, así que ¿cómo iba a interrumpir el proceso y dictar juicio?
De modo que ’embellecer’ podría tratarse de explorar y jugar para dar nuevas formas o ensayar nuevas maneras de ser uno mismo. Quizá eso explique por qué su nuclear es el hexagrama 40, La Liberación: una semilla de libertad —que anda por el sendero escogido y liberada de los vínculos impuestos— que encuentra su suelo fértil.
Parafraseando apenas a Kahlil Gibran:
‘La belleza es la eternidad contemplándose a sí misma en los espejos. Pero ustedes son la eternidad y ustedes son los espejos.’