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18, La Corrupción

La siguiente es una traducción del texto original en inglés de Hilary Barrett (quien no habla español) realizada por Verónica Lassa como aporte al Yijing en su viaje por los siglos.

Si hay comentarios u observaciones que puedan mejorar las versiones en español, contactar a Verónica a través de https://urdirlatrama.blogspot.com.ar/p/i-ching.html para que se tome debida nota.

¡Muchas gracias!


El Hexagrama 18, La Corrupción, tiene sus raíces —y a su par— en el 17, Seguir. Están conectado de manera muy especial, porque son, a la vez, pares inversos y complementarios. Es decir se llega al 18 cuando se invierten los trigramas del 17 de la manera ‘habitual’, pero también si se suplanta cada línea del 17 por la contraria. De modo que sus significados se entrelazan muy íntimamente.

Jane Schorre dice en su libro Yijing Wondering and Wandering que

Sui quiere decir que uno acata el flujo orgánico de la naturaleza. Gu significa que uno se desvía de ese orden y el resultado es el deterioro y el desorden”.

Estoy bastante de acuerdo con eso. Sin duda que el hexagrama 17 Sigue el patrón del orden natural y, en especial, muestra esa vivencia de seguirlo en pos de nuestros propios objetivos El Dazhuan dice que, en tiempos remotos, las personas extrajeron la idea de atar los carros a bueyes cuando leyeron este hexagrama. A veces lo vivimos como una sincronicidad; otras veces la presencia de ese flujo no está al alcance de nuestra conciencia (y entonces es probable que nos preguntemos qué es lo que lo demora).

Sin embargo, también hay patrones que se siguen en el Hexagrama 18. Se trata de patrones igualmente poderosos e igualmente alejados del ámbito de nuestra percepción consciente. La diferencia es que estos patrones están bloqueados, son repetitivos, no nos conducen a ninguna parte a donde valga la pena ir. LiSe los llama las ‘influencias ajenas que anidan en el alma,’ y eso es lo que son —aunque a veces están tan profundamente anidadas que parecen ser parte de la trama de lo real—. Se trata de patrones heredados que, con frecuencia, son improntas que datan de nuestra niñez, que se transmiten de generación en generación o a través de la cultura.

Para mostrar la experiencia de La Corrupción, el I Ching toma las palabras de la antigua adivinación a fin de identificar el origen de eso que daña: ‘¿Corrupción del antepasado?’ ‘¿Corrupción de la antepasada?’ En las adivinaciones originales ponían nombre  al espíritu de los ancestros con la idea de dar con el que habría incurrido en negligencia y que lo volvieron un alma vengativa.

El nombre del hexagrama 18 muestra una vasija llena de gusanos, quizá alguna forma de la magia negra para acumular su veneno. El precepto de este tiempo es el de levantar la tapa de la escudilla y sacar a la luz y ventilar estos seres rastreros. Poner nombre al antepasado que se descarrió, precisar cuáles patrones se repiten, hallar el origen, limpiar la herida. No se trata de destruir el origen, sino de transformarlo.

Los trigramas que constituyen el hexagrama 18 son el viento debajo de la montaña. Es como si la montaña hiciera las veces de ‘tapa’ en el hexagrama, como si retuviera el aire, lo volviera rancio, estancado e insalubre. Pero los autores de La Imagen vieron más:

‘Debajo de la montaña está el viento. La Corrupción.
El junzi estimula a los plebeyos para nutrir de.’

Esto poner por completo cabeza abajo la idea del envoltorio insalubre. La acción ‘contenedora’ de la montaña de transforma en acción para nutrir. Dentro de este espacio confinado, el junzi actúa como el viento que sacude la conciencia y nutre de, el carácter y la fuerza.

‘La Corrupción. Desde la fuente tiene éxito.
Es propicio vadear el gran río.
Antes de germinar, tres días. Después de germinar, tres días.’

La Corrupción abre la posibilidad de comenzar en la fuente, de ir hacia el origen que hizo que las cosas sean lo que son y, desde allí, recrear nuestra manera de interactuar con el mundo. A partir de aquí podremos ‘vadear el gran río’ hacia un territorio nuevo y desconocido. Esto implica asumir un riesgo, porque sería mucho más fácil no cruzar, seguir caminando en círculos dentro del circuito diseñado por la familia y quedarnos en esta orilla, a salvo de la profundidad de las aguas. Pero durante el tiempo de la corrupción, a veces, pareciera que las personas se sienten empujadas a cruzar, como si una sensación de revulsión —o algo así de fuerte— las arrastrara hacia el cambio.

El hexagrama 18 es un momento para la innovación, es cuando algo nuevo puede salir a la superficie. ‘Germinar’ —el primer Tallo del Cielo— tiene una cáscara protectora: un tegumento, un yelmo. Es la misma dinámica que observaron en el viento abajo de la montaña los autores de La Imagen: un espacio protegido para que pueda haber crecimiento. A esto hay que darle la debida atención: tiempo para preparar el suelo, tiempo para sembrar las semillas. Pero además, es importante saber que se trata de un periodo acotado. El proceso de quitar el cobertor no es un fin en sí mismo, el oráculo supone que una vez que esta nueva forma de ser ha echado raíces, vamos a continuar hacia adelante.

Lo que se establezca en el hexagrama 18 crecerá y saldrá a la superficie en el hexagrama 19, Acercar. Lo que era un alma vengativa volverá a ser parte de nuestra vida en su forma de antepasado bienhechor, alguien con quien uno puede identificarse. Lo que era un círculo vicioso se transformará en una fuente de energía. Se puede ver en pequeña escala cada vez que tratamos de entender algún aspecto nuevo de nuestro propio carácter. Por ejemplo: si le pongo nombre a mi manera de conducirme y digo que soy ‘perfeccionista’, es probable que pueda poner esta característica en la lista de mis ayudantes en vez de dejarla que conduzca toda mi la orquesta. Quizá sea por esto que nos fascina infinitamente cualquier sistema de análisis del carácter (desde la astrología hasta los eneagramas), porque prometen un lugar desde el que asir aquello que pasa ‘ahí dentro’, y sabemos que ese es el primer paso para lograr que esas características jueguen a nuestro favor.

Cómo es que esa comprensión aparece exactamente, y a qué se refiere con la corrupción de la antepasada o la corrupción del antepasado es estrictamente personal. El hexagrama 18 da lugar a una de las consultas menos ‘generalizables’ de todas las del I Ching. De todos modos aquí dejo algunas ideas acerca de la naturaleza de cada una de sus líneas mutantes.

Línea 1:

‘La Corrupción del antepasado padre.
Hay un hijo,
Los antepasados muertos son sin falta.
Peligro. Al final, buena fortuna.’

Puede que la corrupción haya comenzado con el padre antepasado pero ahora es algo que tuyo. Tienes que considerarla como algo que te incumbe personalmente si quieres comprometerte en el asunto. Esto es la Fuerza Domesticadora de la Corrupción: el momento en el que te haces cargo y te pones a trabajar para retomar el control de tu vida.

Línea 2:

‘La corrupción de la antepasada madre.
No permite la perseverancia’.

La madre es quien nutre, quien da lo que hace falta y crea un espacio seguro para el crecimiento y la madurez. La Corrupción de la madre que ‘no permite la perseverancia’ es aquella que no permite el crecimiento pleno: la semillas no pueden desarrollarse. Puede que sea por falta de cuidado o puede que señale una madre demasiado protectora y que intenta poner freno. (Piensen en el fan yao, 52.2).

Línea 3:

‘La Corrupción del antepasado padre.
Hay pequeño arrepentimiento,
No hay gran error’.

La Corrupción se encuentra dentro del portal —entre el afuera y el adentro; entre el pensamiento y la acción—. Quizá sea porque la corrupción está más en la teoría que en la práctica que el arrepentimiento solo sea pequeño. La línea se conecta con el Hexagrama 4, No Saber, y habitualmente aquí la corrupción tiene que ver con una sospecha o con un temor a lo desconocido. Pero el impulso básico de aprender es sólido: no hay gran error.

Línea 4:

‘La Corrupción del antepasado padre.
Continuar trae vergüenza’.

Este problema es más grave, la corrupción resulta bastante cómoda, porque no te falta nada (cuando se tiene padres adinerados o subsidios del Estado, por ejemplo). No hay nada que resulte intolerable, así que ¿para qué intentar arreglarlo? El tema es que la vergüenza va a hacerse presente en tu vida tarde o temprano.

Línea 5:

‘La Corrupción del antepasado padre.
Aprovechar el elogio’.

Esta línea puede ser un punto de inflexión, aquí podrías empezar a dejar de procesar lo que está mal y comenzar a infundir estímulo a lo que no. El elogio funciona como el zhi gua, 57 (penetra suavemente los patrones antiguos de la corrupción hasta dar con algo mucho más profundo y fuerte, y sin oponer ninguna resistencia).

Línea 6:

‘Sin asuntos con reyes y príncipes,
Honrar la altura de los asuntos de uno’.

Realmente debemos poner orden en nuestras relaciones con los ‘padres’ y las personas que representan la autoridad para nosotros, a fin de que las cosas vuelvan a funcionar. Pero no debemos confundirnos, este no es el fin en sí mismo. El hecho de que la corrupción esté en su etapa de Ascender (el hexagrama 46, el zhi gua) querría decirnos que usemos los asuntos con reyes y príncipes para medir la altura de eso que estamos hablando. Ascender más allá de la corrupción significa ir más allá de la política interna o externa, ponerse a trabajar para ‘honrar lo que es más elevado’.

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